Menú
Canoa encontrada en excavaciones del Tren Maya

Descubrimiento Arqueológico en la Ruta del Tren Maya: El Enigma de la Canoa Maya de 1,000 Años

En el marco de las excavaciones para la construcción del Tren Maya, arqueólogos subacuáticos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han revelado un sorprendente hallazgo: una canoa maya de madera, casi intacta, con más de mil años de antigüedad, sumergida en un cenote cercano a Chichén Itzá.
Comparte este contenido

En el marco de las excavaciones para la construcción del Tren Maya, arqueólogos subacuáticos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han revelado un sorprendente hallazgo: una canoa maya de madera, casi intacta, con más de mil años de antigüedad, sumergida en un cenote cercano a Chichén Itzá. Este descubrimiento, posible gracias a la tecnología 3D y a inmersiones arqueológicas, ofrece nuevas perspectivas sobre la navegación y las prácticas rituales de la antigua civilización maya.

La canoa, con una longitud de 2.15 metros, se ha convertido en la primera de su tipo en ser descubierta completa y bien conservada en la región maya. Inicialmente, los arqueólogos especularon sobre su posible uso, sugiriendo que podría haber sido empleada para la extracción de agua o para rituales de ofrendas. Sin embargo, investigaciones más recientes han inclinado la balanza hacia la segunda opción, respaldada por evidencia arqueológica y análisis de muestras orgánicas.

Canoa encontrada en excavaciones del Tren Maya
Canoa encontrada en excavaciones del Tren Maya. Foto INAH

Helena Barba Meinecke, responsable de la Oficina Península de Yucatán de la Subdirección de Arqueología Subacuática del INAH, informó que los modelos 3D de la canoa revelaron dimensiones precisas: 2.15 metros de longitud, 45 centímetros de anchura y 36.5 centímetros de altura. La tecnología 3D, común en la arqueología moderna, permitió un análisis detallado de la estructura de la embarcación y su entorno.

La exploración del cenote San Andrés, donde yace la canoa, también reveló 38 restos óseos alrededor, incluyendo huesos de armadillo, pavo, perro, águila y un metatarso humano. La presencia de estos restos refuerza la teoría de que la canoa fue colocada en la caverna como parte de un ritual antes de que esta se inundara. La arqueóloga destaca la representación simbólica del armadillo, considerado un vínculo con el inframundo en la cosmovisión maya.

Los estudios de carbono 14 indican que la madera de la canoa data del siglo XVI, lo cual sugiere que las prácticas rituales mayas relacionadas con los cuerpos de agua continuaron durante el periodo de contacto con los españoles. Sin embargo, la presencia de microplásticos en el cenote plantea desafíos en la datación, y se planean nuevas inmersiones para obtener muestras adicionales.

La emoción del descubrimiento se intensifica con la declaración de Helena Barba Meinecke, quien describe el momento exacto del hallazgo durante una pausa de seguridad. La canoa, encontrada dentro de una cueva, presenta marcas de cortes hechos por el hombre, corroborando su origen artificial y su importancia histórica.

Este descubrimiento no solo ofrece información valiosa sobre la navegación maya y sus rituales, sino que también destaca la excepcionalidad de la canoa, casi intacta y resguardada en una cavidad cercana a vasijas, carbón y pintura mural. La revelación de esta pieza única contribuirá a enriquecer nuestro entendimiento de la red comercial y marítima que los mayas desarrollaron durante el Posclásico, conectando el centro de México con el Golfo de Honduras y Panamá.

Comparte este contenido